Norberto Verea: "Es una satisfacción enorme estar acá otra vez"
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- Última actualización el 03 Octubre 2016
En la previa del partido de las estrellas dialogamos con Norberto “Ruso” Verea, que fue arquero de Talleres y campeón en 1978. Recordó su paso por Talleres, contó anécdotas como futbolista y ratificó que Talleres es
En la previa del partido de las estrellas dialogamos con Norberto “Ruso” Verea, que fue arquero de Talleres y campeón en 1978. Recordó su paso por Talleres, contó anécdotas como futbolista y ratificó que Talleres es una parte importante en su vida
En la previa del partido de las estrellas nos acompaña Norberto “Ruso” Verea,arquero y campeón de Talleres. ¿Como estás?
Bien, contento, es un lindo momento.
Que sensación es estar nuevamente en Timote y Castro, en Talleres y en el club en el cual te consagraste campeón
Siempre pasa lo mismo cuando vuelvo, hay pantallazos muy fuertes de recuerdos y el hecho de confirmar que este club me dio la chance de que yo me transforme en un jugador de primera. Yo debuté siendo arquero de primera división en Talleres, mas allá de que era la tercera categoría, tiene una importancia vital para mi. Después, está lo otro, en este recinto (se refiere a la sala de reuniones de comisión directiva) solíamos los viernes tener las charlas técnicas, veo el vestuario está casi igual que cuando estábamos nosotros, se lo difícil que es, porque hoy hablar de la “C” es hablar de la cuarta división, cuando yo llegué acá, la “C” era la tercera, y fíjate vos que cuando yo llego en el 78’, después de un año donde Talleres había apuntado todos los cañones para ascender a Primera “A”, y no le fue bien y terminó descendiendo. Volver es encontrarse con afectos, con gente con la cual uno tiene vivencias, porque a lo largo de un año se viven muchas cosas.
Yo estuve dos veces en Talleres, en el 78’ salí campeón y en el 82’ descendí, entonces también viví dos etapas completamente diferentes, la primera con la pileta llena y 15.000 socios, y explotaba este club, y la segunda en el 82’ donde estuvimos casi siete meses sin cobrar y en un lapso de cuatro años nada mas y en una Argentina que tenía los 70’ de una manera y los 80’ los vivía de otra. Te guste o no te guste, esas cosas te van marcando la pauta en tu vida muchas cosas importantes. Todo eso es clave, todo eso es lo que vivo cada vez que yo vuelvo a Talleres. Después volver para mi, es lo otro, que la gente venga, que recuerde, que se divierta, la fiesta, que vean que pelado o que gordo estás.
¿Como fue el paso de un equipo de Primera como Independiente, a otro como Talleres, de otra categoría?
Cuando nosotros jugábamos en la tercera de Independiente y hacían amistosos con equipos de la “C”, decíamos “no, con esos no, te pegan muchas patadas, son terribles, para que hacen esos amistosos”. Y después, pasé a jugar en la “C” y vivís otras cosas, otra sensación, otro tipo de responsabilidad, ser un jugador de Primera y ser un jugador de Primera “C” es completamente diferente, cambia todo, tus compañeros, la manera en la que te miran tus compañeros, aprendés a mirarlos a ellos de otra manera, quienes te forjan, quienes te marcan cosas. Y también te tenés que ganar el lugar, con personalidad, con condiciones. En esa época, en el vestuario de Riestra te cambiabas con gallinas picándote los botines, porque las gallinas de la vecina se metían en el vestuario. En la cancha de Luján, nos cambiábamos de a cinco jugadores, porque en el vestuario visitante no entraba mas nadie, de chico que era. Parecen increíbles esas historias, aunque pasaron en el 78’ hoy no deben haber cambiado mucho esos lugares.
¿Que recuerdo tenés de tu primer partido en Talleres?
Fue contra Fénix y ganamos 3 a 1. Me acuerdo que vino el “Chivo” Pavoni que era entrenador mío en la reserva de Independiente, Javier Novoa, compañero mío también. Ganamos bien, cómodos, que se empezó a vislumbrar lo que ese equipo fue, pero el segundo partido es el que tengo mas grabado, porque me acuerdo que fuimos a Merlo, un día de mucha lluvia y me acuerdo que a Merlo lo dirigía el “Charro”Moreno, y en la previa el gordo Abbas (técnico de Talleres), me dice, mirá que el tres de Merlo patea de atrás de la cancha, de mitad de cancha. Tengan cuidado, te aviso, porque los que vienen de Primera piensan que en el ascenso son malos, este no mira y patea. Me lo repitió en el micro y en el calentamiento previo, me dijo “te hace un gol de la mitad de la cancha y no jugás más”, el gordo tenía esas cosas, te apoyaba mucho o te dejaba caer. Y cuando ví la pelota era una cosa imposible, esto no es como ahora, hay que aclararlo. Las pelotas ahora son oficiales, las entrega la A.F.A. en aquella época las ponían los clubes, eran globos pintados de blanco, livianas. Y un día de mucha lluvia, de barro terrible y hasta los tobillos. No había tapones que aguantara. Y a los diez minutos del primer tiempo, me pateó de mitad de cancha nomás.
Pero no fue gol…
No, ese día atajé muy bien y ganamos 1 a 0. Pero pude manotear esa pelota y sacarla al corner, y cuando caí en el barro, me levanté escupiendo barro, todo embarrado, y aunque era un nene de 21 años, me dije “esto no me pasa mas”. Hasta me acuerdo que Misic era el juez. Anécdotas de esas hay muchas
Talleres sigue representando todo lo que yo sostengo e intento que se defiendan desde los clubes. Es una satisfacción enorme estar aca otra vez.
Informe: Ariel Cappelletti / Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Fotografía: Gustavo Farías / Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
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